El pasado lunes en el post Definiendo OpenProfilePro describí brevemente los análisis realizados con algunas de las tecnologías candidatas para OpenProfilePro, mostrando el uso que pretendemos dar a un estándar de la web semántica (FOAF) para representar interacciones entre grupos de personas que pertenecían a una misma red social. El propósito final del proyecto es obtener un conocimiento sobre personas y las colaboraciones estables o eventuales que establecen para apoyar la toma de decisiones en entornos productivos, en su ámbito laboral.
Hoy escribo sobre una excelente fuente de información (metadatos) a partir de la cual enriquecer perfiles: Twitter.
El perfil OpenProfilePro no deja de ser un conjunto de datos, no muy distinto del que generamos al registrarnos en cualquier red social. Sin embargo se distingue entre otras cosas por catalogar también interacciones, ya sean de carácter personal o profesional. Ejemplos pudieran ser la pertenencia a una misma empresa o departamento, colaboraciones puntuales, asociaciones o relaciones cliente-proveedor.
Pero porqué pedir al usuario que nos proporcione, una vez más, nombre, apellidos, nacionalidad, etc si ya los ha publicado infinidad de veces en redes en Internet. Crear un OpenProfilePro debiera ser tan fácil como importar estos datos de Twitter, Facebook, LinkedIn, Google+, etc. Es más, combinándolas se puede obtener un perfil muy completo que incluya las relaciones de amistad o colaboración que a menudo se mantienen vivas en estas redes sociales.
Las redes más populares proporcionan mecanismos de acceso automatizado a datos públicos gracias a sus APIs. Hemos probado la de Twitter, descargando sin apenas esfuerzo de programación los cerca de 1600 enlaces a los que sigue y a los más de 1700 seguidores de un perfil elegido al azar. Automatizar este proceso navegando a través de sus contactos no es labor difícil. Dibujar la red a partir de ellos, como ya se describió la semana pasada tampoco es un reto. Así pues Twitter se convierte una fuente de información inmensa que se debe y puede aprovechar en el proyecto.
Por poner un ejemplo de lo simple que puede resultar utilizar la API de Twitter os invito a seguir la siguiente URL:
https://twitter.com/users/show/timoreilly.xml
Ahí encontráis un archivo XML que describe y separa en metadatos un usuario Twitter. Si queréis ver vuestro perfil o el de un conocido de la misma forma no tenéis mas que cambiar el nombre de usuario en la URL. Ésta solicita a un servicio web el XML en cuestión. Otro servicio web al que se accede de forma similar proporciona los contactos del usuario. Son múltiples las posibilidades que ofrecen los servicios de la API de Twitter.
Las APIs que proporcionan LinkedIn no son menos útiles, aunque se debe tener en cuenta que esta red impone mayores restricciones en el acceso a información sobre relaciones entre usuarios. En ambas APIs se utiliza el protocolo de autenticación OAuth para obtener las credenciales del programa que solicita la información y poder asegurar así que se respetan los principios de confidencialidad y privacidad acordados con los usuarios durante su registro.
El reto final será conseguir manejar el volumen de información que se puede conseguir de esta forma y generar con ello conocimiento útil, negocio, sistemas de apoyo a la toma de decisiones, mecanismos de gestión de la oferta y la demanda de empleo, o mejoras en la productividad de una empresa. Todos ellos son usos que pueden beneficiar tanto a quien publica como a quien consume la información.