Javier Serra Vallespir (Palma, 1969), es Licenciado en Filosofía y Letras por la Universitat de les Illes Balears y estudiante de Psicología. Trabaja actualmente como profesor de filosofía en el IES Francesc de Borja Moll de Palma de Mallorca.
Como escritor ha obtenido varias menciones literarias en certámenes de narrativa corta, como el de la UNED o La Felguera. Con su obra El Rumor (Premium, 2018) ha obtenido el II Premio de Novela de Ciencia Ficción Ciudad del Conocimiento, el de mayor dotación económica en castellano para novelas de este género.
Con motivo del primer evento del Día del Libro del ParcBit participó en una tertulia sobre su libro «El Rumor».
Como escritor y profesor de filosofía tiene una perspectiva directa sobre las capacidades, intereses, ilusiones, necesidades, aspiraciones, … de los alumnos, y de cómo éstos utilizan las tecnologías y se relacionan utilizándolas. Habiendo leído el libro también se desprende su conocimiento sobre la evolución tecnológica, las contradicciones éticas del uso de las TIC y los impactos sociales que pueden causar.
1. ¿Qué impacto tiene la tecnología sobre los contenidos filosóficos?
La filosofía es una reflexión sobre la realidad, y tal vez la parte de la realidad que más le interesa es el ser humano. Dado que hoy en día los avances tecnológicos definen en cierto modo el individuo, su impacto es enorme. La obra de los filósofos de la Escuela de Frankfurt o, más recientemente, la del coreano Byung Chul-Han son un ejemplo de ello.
2. ¿Cuáles son las nuevas preguntas filosóficas que plantea la entrada masiva de la tecnología en la vida cotidiana?
La pregunta me ha hecho recordar una frase de la novela «Contact», de Carl Sagan. Cuando la humanidad intenta escoger alguien para contactar con una especie extraterrestre mucho más avanzada que la nuestra, la comisión encargada le pide a la protagonista, Ellie Arroway: «si sólo pudiera hacer una pregunta a los extraterrestres, ¿cuál sería?» Y Ellie responde: » les pediría como sobrevivieron a su adolescencia tecnológica «.
La pregunta fundamental debería ser, por tanto, cómo podemos transformar estas tecnologías que están modificando nuestra naturaleza y nuestro entorno en un elemento liberador y no en uno que nos esclavice o nos destruya.
3. ¿Qué temas filosóficos clásicos son totalmente vigentes? ¿Es necesaria la filosofía para complementar profesiones TIC para aportar la reflexión ética y la capacidad de cuestionarse las cosas?
Las preguntas éticas, sociales y políticas que siempre se ha hecho la filosofía siguen vigentes. Podemos leer a Platón y encontraremos muchas preguntas a sus obras que aún nos hacemos hoy en día.
Por otra parte, tengo entendido que empresas como Google y otros líderes en el mundo de las TIC buscan profesionales de la filosofía para incorporarlos a sus plantillas. Los avances tecnológicos son una maravilla que debemos saber utilizar en beneficio de todos. La reflexión filosófica debería ser clave en este aspecto.
4. ¿Quién soy, de dónde vengo y adónde voy son cuestiones que se plantean hoy en día? ¿Se ven reflejadas a través de las redes sociales?
Hoy y siempre. Toda manifestación social humana es un intento de responder a estas preguntas, ya sea de forma consciente o inconsciente. Las redes sociales son una buena forma de «tomar el pulso» de quienes somos hoy en día y hacia dónde queremos ir. Otra cosa es que lo que nos muestran sea un panorama de esperanza o desalentador.
5. La democratización de Internet ha permitido que todos tengan la posibilidad de ser creadores, tanto de contenidos como de tecnología. ¿Son conscientes sus alumnos? ¿En general, ve más la juventud como consumidora de contenidos o como creadora, o ambas cosas? Y los alumnos de filosofía ¿siguen un patrón diferente o igual?
Somos imitadores y somos creadores. Somos innovadores pero también gregarios. Si hay miles de millones de perfiles en las redes sociales, evidentemente encontraremos de todo. Creo que el alumnado que conozco y la juventud en general están pegados a la forma de socialización que permiten las redes sociales, para bien y para mal. Hace falta educación y reflexión para que no hagas más daño que bien. Las adicciones al móvil son un problema que crece rápidamente, por ejemplo. Respecto de la última cuestión no hay patrones generales, pero sí un interés en discutir cuestiones relacionadas con las TIC: por ejemplo, hace un par de años participamos junto con otros centros educativos en una «liga de debates» donde el tema que debían preparar (y lo hicieron con mucha profundidad e interés) fue si debían prohibir o no los portales de internet que facilitan la descarga gratuita de contenidos audiovisuales.
6. ¿Cómo cree que se puede motivar a los estudiantes para que estén interesados en desarrollar tecnología?
Yo creo que el interés existe por sí mismo. Resulta mucho más difícil motivarlos a que estudien Filosofía! Pero bromas aparte, lo que sí se debería fomentar es una conciencia ética poderosa en todas aquellas personas que se dedicarán en un futuro a mejorar o crear nuevas tecnologías. Y además, potenciar la cultura del esfuerzo, que poco a poco y a base de proporcionar una cantidad enorme de distractores a nuestros hijos, se está perdiendo. Sin ilusión en primer lugar y esfuerzo en segundo, no puede haber avances.
7. ¿Siendo profesor, considera que el sistema educativo necesita algún cambio? Hay un tensión desde hace un tiempo entre especialización y el trabajo interdisciplinario? Las nuevas tecnologías de la información han creado nuevos perfiles laborales que deben ser capaces de trabajar de forma multidisciplinar, ¿esto es compatible con un programa educativo basado en asignaturas cerradas? En secundaria ¿se adecuaría mejor un metodología basada en proyectos o en problemas?
Buf, legiones de pedagogos, psicólogos y profesionales de la educación tratan de responder a estas preguntas. Todo lo que hace referencia al sistema educativo es muy complejo y admite multitud de miradas diferentes. ¿No dicen, por ejemplo, que los gurús de las TIC en Silicon Valley llevan a sus hijos a escuelas donde no emplean tablets ni móviles ni ordenadores? Yo creo que se ha de conseguir una educación inclusiva en la que se utilicen los sistemas tradicionales de aprendizaje (incluido el memorístico, aunque se diga que hoy no hace falta memorizar nada) y las nuevas metodologías (proyectos, competencias, trabajo interdisciplinario) y por supuesto las TIC. Pero el problema de la educación en España es político. Se necesita una ley educativa consensuada y que tenga un largo recorrido por delante, para que los profesores estamos sometidos a continuos cambios de criterio según el gobierno de turno, como por ejemplo el intento de limitar la presencia de la Filosofía al currículo, sin ir más lejos. Desafortunadamente, dado el triste panorama político que vivimos, la posibilidad de un acuerdo en este sentido a corto o medio plazo es remota.
8. La manipulación del pensamiento y la voluntad de las masas es un tema clásico. Se ha intentado desde la sumisión, la violencia, la coerción, el miedo, la persuasión, la seducción. Y hoy en día a través de la microsegmentación y las «Fake News» se habla sobre la manipulación de la opinión pública. ¿Cree que es así? ¿Es consciente la sociedad y la juventud de estas prácticas y de cómo han evolucionado desde la homogeneización de la cultura con la cultura de masas hasta la fragmentación a partir de los mensajes personalizados dirigidos a grupos y tribus?
¡Por supuesto que es así! La manipulación de la opinión pública a través de las nuevas tecnologías es un hecho constatado. De todos modos, es un tema clásico para que de una u otra forma siempre ha sido así. Quien detenta el poder siempre trata de mantenerlo «vendiendo» unas determinadas ideas a la población. Desde que Marx comenzara a avisar sobre este hecho con su concepto de ideología, muchos han sido los pensadores que han reflexionado sobre este hecho. Lo que podemos decir es que si hace unos años esta manipulación era sutil, hoy es más grosera y descarada, pero no por ello menos efectiva. Mi experiencia como profesor me dice que sólo una pequeña parte de los estudiantes son conscientes de este intento de manipulación. Por eso la educación filosófica y ética que permita poner estas cuestiones sobre la mesa es tan importante.
9. ¿Vivimos en un mundo de contradicciones? ¿Nos creemos únicos pero en el fondo somos todos iguales? ¿Qué papel tienen que ver las tecnologías?
Que el mundo es contradictorio también es un hecho evidente. Y lo es porque las personas y las sociedades lo somos. Se supone que la Declaración Universal de los Derechos Humanos debería ser la base de la civilización pero ya vemos qué pasa cuando se nos pone a prueba al respecto. Yo creo que las nuevas tecnologías deberían tener un papel fundamental para mejorar la situación en dos aspectos: el informativo, porque sin información veraz es imposible disponer de un criterio propio y consistente; y en segundo lugar, el de posibilitar herramientas de cambio: ¿cómo se puede detener el cambio climático? ¿Por qué tipo de material deberíamos sustituir el plástico? ¿Cómo podemos conseguir alimentar de forma sostenible a 8.500 millones de seres humanos? Y así tantas preguntas que sólo la ciencia y la tecnología pueden afrontar.
10. Usted plantea el activismo social en su libro. ¿Cómo se plantea hoy en día el liderazgo?
El papel de los políticos y los filósofos debería ser clave. No se ven grandes líderes políticos en el horizonte que permitan poner en marcha un cambio decisivo para la humanidad, que ponga freno a las grandes amenazas que nos enfrentamos. Y por desgracia la reflexión filosófica ha perdido fuerza en la calle. Lejos quedan aquellas manifestaciones masivas lideradas por filósofos como Sartre en mayo del 68. Las protestas que hemos visto precisamente en Francia últimamente parecen de un carácter bastante distinto.
11. Edward Snowden y Julian Assange son dos activistas sociales «modernos» reales. ¿Son conocidos por los jóvenes? ¿Qué piensan?
Una pregunta adecuada en estos días. Imagino que el grado de conocimiento del alumnado sobre Assange y Snowden será limitado, pero para eso estamos los profesores. Bueno, por eso deberíamos estar. Porque siempre hay alguien que, cuando en una materia como filosofía o valores éticos se tratan estos temas (imprescindibles hoy en día), acusan al profesorado de «adoctrinar».
12. Nos puede recomendar un libro que lo haya inspirado a su trabajo?
Si una gran parte de mi trabajo consiste en sacudir las conciencias y mostrar otros puntos de vista diferentes de la realidad, yo aconsejaría la lectura de un clásico como Nietzsche. Eso sí, con un mínimo de conocimiento previo de sus propuestas, muy radicales en algunos sentidos.
13. Y una película?
Hablando de manipulación, «El show de Truman«. Hablando de la influencia en la sociedad de las TIC y de las posibilidades presentes y futuras que ofrecen, «Her«.